La tercera parte de este curso aborda en un primer momento el análisis del entorno organizativo de aprendizaje de una organización educativa con vistas a un mejor aprovechamiento de su potencial comunicativo en red. Así, creo que la mejora pasaría por una mayor implicación del profesorado y la instauración de un plan de acción para la difusión de aquellos proyectos y actividades que merecen ser compartidos con la comunidad educativa.
Asimismo, en cuanto al análisis de la presencia en redes sociales del centro, he tratado de utilizar una de las aplicaciones sugeridas, Metricool, pero no he logrado enlazar la cuenta del centro... y no estoy dispuesto a pagar por el servicio premium de una app cuya utilidad o transferencia no he podido valorar previamente; de ahí que me guié por los datos proporcionados por la propia red social. En el caso de nuestro centro, estamos presentes en Instagram, y tratamos de servirnos de sus distintas opciones (publicaciones fijas, stories, IGTV, menciones de otras cuentas institucionales con las que colaboramos) para dar difusión a las actividades más destacadas del centro. Así, cabe destacar los siguientes datos:
- La cuenta fue creada el 14 de julio de 2019, y a día de hoy (6 de marzo de 2020) cuenta con 23 publicaciones, 146 seguidores y 39 seguidos. Cabe destacar que la cuenta solo sigue a otras cuentas institucionales o personas ligadas al ámbito educativo, pero no a estudiantes del centro en activo. Actualmente valoramos si seguir a las cuentas de alumnos que nos siguen, aunque queda la duda sobre si lo interpretarían como una invasión de su privacidad.
- Hemos recibido 40 visitas al perfil en los últimos 7 días.
- Se han creado 73 historias (stories). De estas, la que más público tuvo alcanzó 102 visualizaciones.
- La publicación con más alcance logró llegar a 320 cuentas; la más compartida, 15 usuarios.
Se trata, efectivamente, de una cuenta humilde que no obstante cuida con mimo lo publicado, buscando más lo cualitativo que lo cuantitativo. En cuanto al perfil de los seguidores, existe cierto equilibrio entre alumnado y otros miembros de la comunidad educativa (padres, empresas de la zona, representantes políticos, etc.) y cuentas educativas de otros puntos del país. Así, del análisis podemos extraer unas posibles líneas de mejora:
- Ampliar el número de personas que gestionen la cuenta. Teniendo en cuenta que es gestionada por una sola persona, es complicado que su nivel de actividad sea mucho mayor. En todo caso, creo que como centro educativo es importante mantener la calidad de las publicaciones, y que estas reflejen siempre, aun desde un punto de vista humorístico, un fin informativo y educativo.
- Implicar al alumnado en la difusión de la cuenta. Esta puede ser un instrumento que refuerce el sentimiento de pertenencia a un grupo, a una comunidad, al tiempo que estos desarrollan aspectos importantes para su formación. ¿Cabría pensar, pues, en un equipo de colaboradores? Es una propuesta que podría barajarse para el próximo curso.
- Analizar prácticas de cuentas educativas con un mayor número de seguidores para ver cuáles de ellas son transferibles para nuestra propia actividad.
- Realizar evaluaciones periódicas sobre el estado de la cuenta desde el punto de vista del número de seguidores, el alcance de las publicaciones y las interacciones surgidas. Siendo este un primer análisis, ya tenemos un punto de partida para comparar la evaluación de nuestra imagen en red. Así, ¿cuántos seguidores tendremos en la próxima revisión?
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