domingo, 26 de enero de 2014

(Re)construyendo a @fzayas



Continuando con las actividades sugeridas desde #eduPLEmooc, en esta ocasión voy a analizar el uso de Twitter por parte de uno de los más influyentes usuarios en lo que a didáctica de lengua y literatura en castellano se refiere: el profesor Felipe Zayas (@fzayas).


Felipe Zayas, veterano profesor con más de treinta años a sus espaldas, es uno de los principales impulsores del uso de las TIC en el aula de lengua y literatura, así como un ferviente defensor del concepto de educación literaria (en el cual, por cierto, se sustenta mi TFM). Podéis consultar más sobre él, así como parte importante de su producción académica, en su propia página web.

En cuanto al análisis de su actividad en Twitter, comenzamos con una breve presentación meramente cuantitativa a partir de los datos generados en Twtrland en este momento (18:00, 24/01/2014):
  • 8347 tweets.
  • 1282 usuarios a los que sigue.
  • 3647 seguidores.
  • 3 tweets por día.
  • 87 retweets por cada 100 tweets.
  • 64 respuestas por cada 100 tweets. 
No obstante, si he elegido a este usuario no es por ese aspecto cuantitativo, mera curiosidad, sino por el plano cualitativo; y es que, como usuario habitual de Twitter, sacio parte de mi sed de información pedagógica mediante esta cuenta. ¿Cómo? Paso a analizar su estilo de participación en red:
  • Comparte información de calidad coherente con su descripción como usuario.
  • Participa con regularidad en la red, pero sin llegar al punto de colapsar tu tablón únicamente con sus tweets. Algunos usuarios, con el afán de ganar visibilidad, acaban provocando el desencanto de sus seguidores por su excesiva generosidad informativa o afán de protagonismo. Afortunadamente, no es el caso.
  • A raíz de sus conversaciones, da a conocer una amplia red de usuarios cuyo perfil de intereses es similar, así como una serie de instituciones o portales temáticos afines al mismo.
  • Aprovecha las características propias del canal que presenta Twitter (citas, RTs, replys, favs), así como la cuenta es vinculada ocasionalmente con otras plataformas sin que la sensación de duplicación de información fruto de la automática vinculación llegue a estar presente.
  • En definitiva, realiza un uso apropiado de una plataforma al proporcionar información afín al perfil presentado con suma frecuencia e intensidad; un mérito en un espacio donde la línea entre la permanencia en la actualidad y el spam es verdaderamente difusa.
Siguiendo lo que reconozco positivo en  considero que para desarrollar una "Red de Aprendizaje" en Twitter, son fundamentales una serie de cualidades:
  • Calidad informativa. Sé empático y tuitea sobre lo que crees que te gustaría leer (¿desayunos?).
  • Cercanía, saber interactuar con usuarios de una manera cálida, fluida.
  • Capacidad de modular la frecuencia e intensidad de nuestras publicaciones, mas de forma constante.
  • Catalogación, a partir de los llamados hashtags (#), de las temáticas de interés.
  • Capacidad expresiva, estilo: aprovecha las infinitas posibilidades del lenguaje para ganar difusión.

domingo, 19 de enero de 2014

PLE: Mi entorno personal de aprendizaje

¡Hola!

Abro este espacio en el seno del MOOC Entornos Personales de Aprendizaje (PLE). Espero ser constante y que las sucesivas entradas resulten útiles para quien tope con esta islilla del maremágnum digital. Aquí dejo mis primeros ejercicios: una nube de etiquetas sobre mis principales intereses y una humilde composición que refleja mi PLE o Entorno Personal de Aprendizaje.


Tal y como podéis observar en la imagen que define mi PLE, trato de servirme de cuantos recursos considero útiles para mi desarrollo docente en la web. De este modo, empleo redes sociales tanto de carácter general como otras más propias del ámbito académico; así como herramientas que permiten la gestión comunicativa y el acceso a la información transmutable en conocimiento. Asimismo, debido a mi propia 'deformación profesional', considero que estas no son sino actualizaciones potenciales del siglo XXI de lo que es, ha sido, y aunque de alance más limitado será la herramienta individual de acceso al logos por excelencia: esto es, el libro.

Mas, ¿quién se esconde tras estas líneas? Con menos de un cuarto de siglo a mis espaldas, soy un (proyecto de) docente de Lengua y Literatura. Mi afán por las letras en sus diversas expresiones me llevó hasta Salamanca a estudiar Filología Hispánica; y, movido por la enorme curiosidad y el rechazo de un temprano final a la carrera universitaria, a un segundo ciclo de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada. Asimismo, solapé el final de estos estudios con el Máster que da acceso a la función docente, cargado de luces y sombras propios de su inmadurez (en vigor desde 2009) y, quizás, de su planteamiento excesivamente teórico y alejado de la que creo es la realidad del aula.

Además, mis áreas de interés se expanden hacia las lenguas y la cultura en sus más diversas manifestaciones; y, fruto de la condición redonda y no plana de mi personaje, dedico varias horas a la semana a un deporte, un arte, en concreto: el judo. Es precisamente en este ámbito, cuya práctica y filosofía me acompañan desde mis inicios en Mérida, donde he escrito las primeras páginas de mi carrera profesional en el estupendo marco del Club Doryoku. Por otra parte, volviendo mi interés por la didáctica de la lengua y su expresión literaria, considero que quizás el modo de superar la aparente intemporalidad y evidente impopularidad de este ámbito pasa por saber adaptar sus características al espacio de aprendizaje actual. Así, el horizonte de expectativas que tengo en este curso no pasa sino por descubrir nuevas posibilidades metodológicas, ampliar mi galería de recursos, conectar con equipos humanos de profesores en activo, y en definitiva, hacer cuanto está en mi mano para vencer el aciago panorama en que podemos sumirnos cuantos pretendemos dedicamos a la docencia en estos tiempos de difícil acceso a la profesión.